Nuestros expertos responden

En esta sección, nuestros expertos médicos aclaran curiosidades cotidianas relacionadas con la salud. A continuación, puedes leer todas las preguntas y respuestas o buscarlas por temas.

En esta sección no se dará respuesta a consultas médicas específicas personales, que deberán ser atendidas por el profesional médico pertinente, sino a cuestiones generales relacionadas con el autocuidado y un mejor estado de la salud general.

¿Cómo puedo saber si mis hijos tienen lombrices?

Las conocidas popularmente como lombrices intestinales son en realidad una infección causada por un gusano llamado oxiuro (Enterobius vermicularis), uno de los parásitos responsables de la mayor parte de las infecciones parasitarias intestinales que se producen en nuestro país.

Podremos saber que nuestros hijos tienen lombrices intestinales si, por ejemplo, sienten picor o excoriación (lesiones por rascado) alrededor del ano o sufren sueño inquieto y despertares durante la noche. De forma poco frecuente existe irritación vulvar o vaginal. Además, si la cantidad de lombrices en el intestino es muy elevada, puede aparecer dolor abdominal —que, a veces, puede ser similar el de una apendicitis aguda.

¿Cómo se debe curar una ampolla por roce?

Las ampollas son pequeñas burbujas llenas de líquido que se forman en la capa externa de la piel debido, sobre todo, a la fricción (roce o presión) sobre el área afectada. Por eso, son más frecuentes en las manos y en los pies. También es más fácil que aparezcan si hace calor y/o la piel está húmeda. Por ejemplo, es habitual que se formen cuando estrenamos un nuevo calzado en verano o al sostener el mango de la raqueta durante un partido de pádel o tenis.

Las ampollas suelen curarse por sí solas sin dejar cicatrices. Por este motivo y porque el líquido que rellena la ampolla es una reacción del organismo para proteger la piel que ha sido dañada, es mejor no romperla ni pincharla, ya que esto aumentaría el riesgo de infección.

En su lugar, hay que mantener la piel que cubre la ampolla lo más intacta posible, ya que constituye una barrera natural que mantiene lejos las bacterias. Con el mismo fin, se debe lavar cuidadosamente la zona con agua y jabón y luego cubrirla con una venda adhesiva, una gasa estéril o un apósito. Esta venda mantendrá el área limpia y, al mismo tiempo, impedirá que continúe el roce que la ha provocado.

En el caso de que la ampolla sea muy grande, duela o se encuentre en un área en la que es fácil que se rasgue o rompa, sí conviene drenarla, pero sin tocar la piel que la recubre.

Para ello, debemos acudir a nuestro centro de salud, pero, si decidimos hacerlo por nuestra cuenta, al menos, debemos seguir las siguientes pautas: en primer lugar, lavarnos las manos y la ampolla con jabón y agua tibia durante al menos un minuto. Después, se debe limpiar la lesión con povidona yodada o clorhexidina, esterilizar una aguja limpia con alcohol y punzar la ampolla en varios puntos del borde. Es mejor dejar que el líquido salga por sí solo e intentar no tocar con los dedos la zona que la rodea. Posteriormente, se puede aplicar una pomada antiséptica y colocar una gasa esterilizada antiadherente. La cura con lavado y antiséptico y sustitución de la gasa debería hacerse diariamente.

Durante los días siguientes, se debe controlar la zona para detectar posibles infecciones. Cuando la ampolla se haya secado, puede cortarse la piel seca con tijeras siempre que estén esterilizadas, aunque a veces, se desprende sola.

Sin embargo, es absolutamente necesario acudir al médico si la ampolla excreta pus o el área que la rodea está roja, inflamada o muy dolorosa. También se ha de buscar ayuda de un profesional sanitario, en caso de fiebre, de que la ampolla tenga más de dos centímetros, se halle en zonas críticas como el rostro o las ingles, no se conozca su causa o se sufran problemas de circulación o diabetes.

¿Cuántas veces parpadeamos al día?

Con el parpadeo se distribuye el líquido de las glándulas lacrimales por todo el ojo. Además el parpardeo previene de la entrada de gases (humo por ejemplo), y sustancias u objetos que pudieran dañar la superficie del ojo. A lo largo de un día, una persona parpadea una media de quince ocasiones por minuto, lo que significa que parpadeamos un total de veintiún mil veces en el transcurso de veinticuatro horas.

Acuérdate de hacerlo menudo para mantener la superficie de tu ojo lubricada, sobre todo cuando trabajes delante del ordenador.

¿Por qué la comida no me sabe a nada si estoy resfriado?

Cuando padecemos una infección respiratoria como un resfriado común, es posible perder parcial o totalmente el olfato (hiposmia o anosmia) de manera temporal. Esto sucede porque si los conductos nasales están obstruidos, el aire no puede alcanzar los receptores olfativos -un tipo de células nerviosas especializadas que se encuentran en la membrana mucosa que recubre la nariz-. Además, en un proceso catarral puede haber edema (inflamación con entrada de líquido) de la mucosa nasal y faríngea contribuyendo a que las moléculas no alcancen esos receptores olfativos.

Dado que el olfato y el gusto están estrechamente relacionados y que el primero potencia el segundo, cuando la capacidad para oler se ve reducida, también puede disminuir nuestra capacidad para percibir los sabores. Por ellos, las personas resfriadas pueden no apreciarlos adecuadamente.

Cuando esto sucede, todavía es posible diferenciar si un alimento es salado, dulce, agrio o amargo, ya que estos sabores se perciben en la lengua. Sin embargo, para identificar sabores más complejos es necesario que intervengan tanto el sentido del gusto como del olfato, por lo que, en caso de pérdida parcial o total de este, la comida puede parecernos insípida.

¿Cuáles son los requisitos para poder donar sangre?

En líneas generales, los hombres pueden donar sangre hasta cuatro veces al año y las mujeres, tres, siempre que transcurran dos meses entre donación y donación. Los requisitos para hacerlo son muy sencillos, por lo que la mayoría de la población general puede donar sangre si así lo desea: tener entre dieciocho y sesenta y cinco años, pesar más de cincuenta kilos, gozar de buena salud, no estar embarazada y no acudir a donar en ayunas.

Antes de la donación se realiza una analítica muy sencilla y se rellena un cuestionario para descartar problemas médicos o de enfermedades transmisibles por la sangre.

¿Cómo puedo saber si tengo infección de orina?

La cistitis y la uretritis (inflamación de la vejiga o de la uretra) o infección del tracto urinario es la segunda infección más frecuente en nuestro país, tras la respiratoria. Es más frecuente en mujeres por la menor longitud de la uretra frente a la de los hombres y la mayor proximidad con vagina y ano. Se estima que cuatro de cada diez mujeres padecen algún episodio de cistitis o uretritis a lo largo de su vida y, de ellas, casi un 30% la sufren de manera recurrente.

Hemos de sospechar que hemos contraído una infección urinaria si experimentamos varios de los siguientes síntomas que, si bien no suelen ser graves, sí resultan muy molestos: presión en la parte inferior de la pelvis, dolor o escozor al orinar, necesidad frecuente y/o urgente de ir al baño, micciones escasas y frecuentes, necesidad de orinar por la noche, orinas turbias o malolientes acompañadas de sangre y/o relaciones sexuales dolorosas (dispareunia).

¿Por qué se nos arrugan los dedos cuando estamos mucho tiempo en el agua?

La explicación de que los dedos se arruguen cuando pasamos mucho tiempo en el agua está relacionada con la capa grasa (lipídica), el sebo que cubre la capa más externa de la piel para lubricarla, protegerla e impermeabilizarla. Al estar en el agua mucho tiempo, esta capa se pierde, lo que lleva a que el agua penetre en la piel y hace que esta se arrugue.

Según algunos estudios, esta sería una reacción del sistema nervioso que sucede por adaptación al medio acuático, ya que es más fácil aferrar los objetos mojados con los dedos arrugados. Al parecer, las arrugas actúan como bandas de rozamiento y canalizan el agua fuera de los dedos de manos y pies cuando se mojan, lo que aumenta su capacidad de agarre.

¿Por qué nos sonrojamos?

El rubor facial es una reacción fisiológica natural y cotidiana que se produce ante estímulos físicos o psicológicos o ante circunstancias que activan nuestro sistema de alerta. En estas situaciones, se produce la hiperactivación del sistema nervioso simpático (una parte de nuestro sistema nervioso que es autónoma y no voluntaria), que dilata los vasos sanguíneos faciales.

Aunque el enrojecimiento que provoca la dilatación de los vasos sanguíneos está asociado a sentimientos de vergüenza o culpa, también podría estar vinculado con otras emociones relacionadas con la evaluación social y la conciencia de uno mismo como la sorpresa, la ira y la alegría.

¿Cómo calmar un ataque de tos?

Cuando se padezca un ataque de tos, es conveniente calmarse, respirar profundamente y tragar saliva. Si se está echado, es conveniente incorporarse y si es por la noche es útil emplear doble almohada o un cojín bajo la misma. También se puede beber agua que no sea fría o, si es posible, una bebida no excesivamente caliente con una cucharada de miel. Otra manera de suavizar la garganta es chupar pastillas para la tos o caramelos duros de miel o hierbas, aunque no se recomienda el mentol, ya que es irritante.

En general, para mantener la tos bajo control es conveniente beber líquidos en abundancia y mantener el ambiente húmedo. En los casos en que la tos está relacionada con un proceso catarral, y si la tos persiste, se puede recurrir a fármacos antitusígenos. Es importante tener en cuenta que, salvo excepciones, la tos productiva (en la que hay expectoración mucosa) no debe ser suprimida. En cambio, es necesario facilitar la expectoración mediante la ingesta de líquidos y, en algunos casos, mediante el uso medicamentos expectorantes y/o mucolíticos.

¿Es bueno tomar un vaso de vino al día?

Por mucho que se encuentre extendida la creencia de que una copa de vino o una cerveza al día no entrañan riesgo para la salud e, incluso, pueden ser beneficiosas, la realidad es que no existe un nivel de consumo seguro de alcohol: la única manera de evitar sus efectos perjudiciales es no consumirlo.

Quienes, no obstante, deseen hacerlo han de tener en cuenta los límites de consumo promedio de bajo riesgo de alcohol. Según la última actualización llevada a cabo por el Ministerio de Sanidad del Gobierno de España, en nuestro país, estos valores se sitúan en veinte gramos/día* (2 UBEs – Unidad de Bebida Estándar de alcohol) para hombres y diez gramos/día (1 UBE) para mujeres.

Diez gramos de alcohol equivalen, aproximadamente, al contenido medio de un vaso de vino de cien mililitros de trece grados, un vaso de trescientos mililitros (un tercio) de cerveza de cuatro grados o treinta mililitros (un vaso de chupito) de licor de cuarenta grados.

Por encima de los anteriores límites, se produce un incremento de la mortalidad en comparación con no beber o beber menos cantidad. Por otra parte, cabe recordar que no deben consumir alcohol bajo ningún concepto los menores de edad, las mujeres embarazadas o que estén dando de amamantar y cualquier persona que conduzca un vehículo o que realice actividades que requieran concentración o habilidades psicomotrices.

Tampoco debe tomarse alcohol junto a otras drogas, si se padecen determinadas enfermedades, problemas de salud mental, en caso de ingesta de medicamentos o si existe una historia familiar de dependencia alcohólica.