Tétanos

¿Qué es el tétanos?

El tétanos es una enfermedad grave causada por una bacteria llamada Clostridium tetani. Al penetrar en el organismo, este germen produce dos toxinas, una de las cuales afecta al sistema nervioso (es, por tanto, una neurotoxina, llamada “tetanospasmina”) e interfiere en su actividad. Ello provoca, a su vez, rigidez y contracciones involuntarias en los músculos (espasmos), sobre todo en la mandíbula y el cuello. También puede afectar a la capacidad de respirar y tragar.

Se trata de una enfermedad potencialmente mortal, que, según algunas fuentes, causa más de un millón de muertes anuales cada año. Gran parte ellas suceden en países en vías de desarrollo, mientras que, en la actualidad, se detectan pocos casos en los países occidentalizados.

El tratamiento para el tétanos consiste en la neutralización de la toxina y en el alivio de los síntomas, pero la vacunación es la mejor manera de protegerse del tétanos.


¿A quién puede afectar el tétanos?

Como hemos comentado, gracias a los programas de vacunación, es una enfermedad poco frecuente en los países occidentalizados. De hecho, el tétanos neonatal –en recién nacidos- en España, según la Asociación Española de Pediatría (AEP), parece estar erradicado (no se han notificado casos desde el año 1997) y solo en adultos se detectan casos periódicamente.

Según la misma fuente, entre 1997 y 2007, se notificaron una media de 25 casos, que se dieron sobre todo en adultos incorrectamente o no vacunados y la mayoría de ellos, en mayores de 60 años. En 2012, se notificaron 12 casos.

No obstante, se trata de una enfermedad habitual en los países en vías de desarrollo, donde fundamentalmentese dan casos de tétanos maternal y neonatal.


¿Cómo y cuándo se contagia?

El tétanos no puede contagiarse de una persona a otra. Como hemos dicho, el agente causante del tétanos es una bacteria llamada Clostridium tetani, que se halla con frecuencia en el suelo, el polvo doméstico y en las heces y el tubo intestinal de los animales -incluido el ser humano-. Allí, este microorganismo puede permanecer inactivo durante muchos años, pero sin dejar de ser infeccioso. Sin embargo, para que penetre en el cuerpo humano y produzca la infección, es necesaria una alteración en la piel o en las mucosas, si bien es cierto que, según algunas fuentes, de un 15% a un 30% de casos esa “puerta de entrada” para el germen puede pasar desapercibida.

Las vías habituales por las que esta bacteria puede introducirse en el organismo son:

  • Heridas contaminadas con tierra, heces, estiércol o algún cuerpo extraño. El riesgo es mayor si existe necrosis (tejido muerto) en la herida. Por ejemplo, laceraciones, quemaduras, heridas punzantes… son heridas especialmente peligrosas.
  • Pinchazos en la piel con agujas sin esterilizar: al inyectarse drogas ilegales, tatuarse o perforarse para hacerse piercings.
  • Mordeduras de animales.
  • Fracturas abiertas.
  • La utilización de material no esterilizado en el cuidado del cordón umbilical tras el nacimiento o cuando este tiene lugar en lugares con poca higiene puede provocar tétanos neonatal en hijos de madres no inmunizadas.
  • Heridas uterinas por partos, interrupción voluntaria de embarazo, legrados.
  • Quemaduras.
  • Úlceras en la piel por mala circulación sanguínea.
  • Broncoaspiración: existe riesgo si se aspiran tierra o heces contaminadas.

El hecho de haber padecido la enfermedad no inmuniza de manera total ante ella, pero una correcta vacunación sí garantiza una protección adecuada a lo largo de la vida.


¿Cómo actúa dentro del organismo?

La bacteria Clostridium tetani es un microorganismo anaerobio, lo que significa que se desarrolla en ambientes carentes de oxígeno. Por tanto, cuando penetra en el organismo, ante la existencia  de tejidos necróticos (muertos) en los que falta el  oxígeno –como sucede en las heridas mencionadas en el apartado anterior- , las  esporas se convierten en bacterias activas y proliferan en esos tejidos desvitalizados. Posteriormente, comienzan a producir un tóxico llamado toxina tetánica (o tetanospasmina), que penetra en los nervios que rodean la herida y, a través de ellos, viaja hasta el cerebro y la médula espinal.

Una vez allí, actúa sobre los neurotransmisores del sistema nervioso e interfiere en su actividad normal. Afecta, sobre todo, a los nervios motores, responsables de enviar mensajes directos a los músculos. Ello provoca los espasmos musculares, que pueden llegar a ser de gran intensidad.

El periodo de incubación de la enfermedad oscila de los tres días a las tres semanas, aunque la media es de ocho días. Cuanto más alejada se halla la herida del sistema nervioso central, más largo es el período de incubación y menor el riesgo de mortalidad.

En recién nacidos, el período de incubación dura de cuatro a catorce días tras el nacimiento, aunque la media es de siete.


¿Cuáles son sus síntomas?

Cuando la toxina tetánica interfiere en la actividad del sistema nervioso, provoca síntomas como los siguientes:

  • Al inicio, se producen, localizados en la zona de la herida, contracturas y tirantez muscular, incluso en reposo.
  • De forma precoz, aparece también afectación de la musculatura de la mandíbula -situación conocida como trismo tetánico-, lo que imposibilita abrir totalmente la boca, aunque resulta indoloro.
  • En estas fases también puede aparecer afectación de la musculatura de la espalda, dorsal y lumbar y producirse opistótonos (arqueamiento de la espalda).
  • A continuación, se padecen debilidad general y espasmos intensos, que producen contracciones súbitas, fuertes y dolorosas a diferentes grupos musculares. Esto se conoce como tetania y puede causar fracturas y desgarros.
  • En concreto, suelen verse afectados los siguientes músculos:
    • Con frecuencia, sufren espasmos los músculos de la garganta, lo que dificulta deglución.
    • También pueden verse afectados el tórax y los músculos abdominales.
    • Si el tétanos afecta a la musculatura cervical, puede darse rigidez en la nuca.
    • Cuando los afectados son los músculos faciales, se produce la conocida como risa sardónica: la cara puede se queda como congelada en una sonrisa con las cejas levantadas.
    • Otros músculos afectados con frecuencia son los del aparato urinario, lo que a veces causa retención de orina.
    • También la respiración puede verse dificultada, debido a los espasmos en los músculos de la laringe, del tórax, los costados y el diafragma. Puede llegar a desarrollarse una coloración azul e, incluso, sufrir asfixia. La falta de oxígeno durante los espasmos puede llegar a provocar también daño cerebral. También puede aparecer neumonías o paro respiratorio.
  • Dado que la toxina afecta a la parte del sistema nervioso que regula los procesos internos corporales, pueden darse también síntomas como irritabilidad, inquietud, sudoración, fiebre alta, hipertensión difícil de controlar, aceleración de la frecuencia cardiaca y arritmia. En los casos más graves, estos pueden producir insuficiencia o un paro cardiaco.

Por lo general, la persona con tétanos no pierde la conciencia en ningún momento.

En los recién nacidos, generalmente, afecta a todo el cuerpo y suele ser mortal. Si sobreviven, pueden quedarse sordos.


¿Cómo se trata el tétanos?

El tratamiento del tétanos se basa en:

  • La limpieza a fondo de la herida y la eliminación del tejido muerto y de posibles materiales extraños. Puede ser necesario recurrir a la cirugía.
  • Reposo en cama en un ambiente calmado (con luz tenue, silencio y temperatura estable). Los enfermos deben ser ingresados en una Unidad de Cuidados Intensivos.
  • Administración de medicamentos: antibióticos para detener la producción de la toxina, fármacos para neutralizar el tóxico ya producido por la bacteria (inmunoglobulinas antitetánicas), relajantes musculares como el diazepam o sedantes como los barbitúricos. Si los espasmos son muy importantes, comprometen la respiración, no responden a la medicación empleada o existen complicaciones derivadas de la utilización de los fármacos anteriores, se utilizan otros para inducir una parálisis terapéutica.
  • En algunos casos, es necesaria la intubación, traqueotomía y/o ventilación mecánica.
  • En caso de problemas para deglutir, se administran al enfermo los nutrientes y líquidos por vía intravenosa o, si es necesario, por sonda.
  • Algunos expertos recomiendan el uso de una cámara hiperbárica para crear un entorno que impida que el microorganismo se multiplique.

¿Cuál es su pronóstico?

Si la persona con tétanos supera la fase aguda de la enfermedad, la recuperación suele ser completa.

En los países occidentalizados, la mortalidad de la enfermedad puede ser bastante menor que en países en vías de desarrollo. Sin embargo, la mortalidad globalmente es alta, incluso en pacientes que reciben tratamiento específico y tienen más riesgo niños y ancianos. A nivel mundial, mueren el 50% de las personas afectadas.


¿Puede prevenirse el tétanos?

La mejor forma de prevenir el tétanos es la vacunación, pues su eficacia está estimada en el 100%. En los niños pequeños, esta vacuna forma parte de la serie que incluye también las de la difteria y la tosferina.

Pero, dado que el nivel de protección cae con el tiempo, los adultos que no fueron vacunados en su infancia deben completar al menos cinco dosis a lo largo de su vida, según las pautas establecidas. En cambio, las personas que sí hayan recibido las dosis completas en su infancia marcadas por el Calendario Vacunal, no requerirán dosis adicionales hasta los 65 años, edad en que se recomienda una dosis de recuerdo.

Fuentes

  • Asociación Española de Pediatría (AEP). Manual de vacunas en línea de la AEP. “38. Tétanos”. Comité Asesor de Vacunas (http://vacunasaep.org). Actualizado en junio de 2015.
  • Gobierno Vasco. Departamento de Salud. “Manual de vacunaciones. 3.2. Tétanos”. : 66-69.
  • El Sevier. Revista Formación Continuada. “El tétanos”. Díez Rodríguez M, et al. SEMERGEN. 2005; 31(6):259-64
  • Merck Sharp & Dohme Corp. MSD Manual (versión para público general). “Infecciones bacteriana. Tétanos (Trismo)”.  Larry M. Bush, MD, Affiliate Professor of Clinical Biomedical Sciences;Affiliate Associate Professor of Medicine, Charles E. Schmidt College of Medicine, Florida Atlantic University; University of MiamiMiller. School of Medicine
  • Fundación io. Viajarseguro.org. “Información sobre la vacuna del Tétanos para viajeros, turistas y profesionales”.
  • Medline Plus Enciclopedia Médica. Institutos Nacionales de la Salud de Estados Unidos (NIH). “Tétanos”.
  • Estado de NuevaYork. Departamento de Salud. “Tétanos (trismo)”.
  • Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Centro Nacional de Vacunación y Enfermedades Respiratorias (NCIRD). “Tétanos: Asegúrese de que su familia esté protegida”. Contenido revisado y modificado el 17 de julio de 2017.
  • Mayo Clinic. “Tétanos”.
  • The Nemours Foundation. TeensHealth.org. “Tétano”.
  • Gobierno de Argentina. Ministerio de Salud. “Tétanos. Qué es, cuáles son los síntomas y cómo se previene el tétanos”.

Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.