Infarto

Cada año se producen en nuestro país 120.000 infartos de miocardio, una cifra que podría reducirse si mantenemos los factores de riesgo bajo control e incorporamos a nuestra rutina un estilo de vida cardiosaludable. De este modo, las enfermedades cardiovasculares, que, en la actualidad, provocan tres de cada 10 muertes en España, según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (INE), dejarían de ocupar el primer puesto entre las causas de fallecimiento.

A través de la Fundación Española del Corazón (FEC), y de us vicepresidente, el doctor José Luis Palma, nos acercamos a las causas y síntomas del infarto y te detallamos cómo prevenirlo.

¿Qué es un infarto?

Coloquialmente conocido como infarto, el infarto de miocardio es la necrosis o muerte de las células del músculo cardiaco por falta de riego sanguíneo, debido a la obstrucción de una arteria coronaria. Cuando una zona del corazón deja de recibir el flujo sanguíneo que necesita, empieza a morir, y esa es precisamente una de las manifestaciones de la cardiopatía isquémica. La importancia del infarto de miocardio dependerá de la cantidad de músculo cardiaco que se pierda.


¿Cuáles son sus causas?

Debido a la hipertensión, a unos niveles de colesterol elevados, al tabaquismo, la obesidad, al sedentarismo, ladiabetes o la edad avanzada, las arterias coronarias se estrechan, impidiendo que el oxígeno llegue al miocardio, que es la parte muscular del corazón. El miocardio, al no recibir oxígeno, no puede producir energía para contraerse y las células del tejido que no reciben sangre empiezan a morir.


¿Qué síntomas tiene un infarto?

La primera hora tras sufrir un infarto es un período crítico en el que resulta vital actuar rápido. Por eso, es muy importante estar atento a las señales del infarto, que pueden resumirse en las siguientes:

  • Dolor torácico. Uno de los signos de alarma más comunes es la opresión en el centro del pecho o en el lado izquierdo del tórax. Normalmente, se trata de una opresión intensa que suele prolongarse durante varios minutos, aunque en ocasiones puede oscilar la intensidad, desapareciendo la molestia durante unos minutos para volver a reaparecer. Algunos pacientes pueden presentar en los días previos episodios de dolor torácico de menor duración e intensidad, frecuentemente con la realización de esfuerzos.
  • Dolor en otras partes del cuerpo. Por la irradiación del dolor, esa opresión en el pecho puede desplazarse hacia el brazo izquierdo, el derecho o ambos, pero también hacia la mandíbula (lo que resulta muy frecuente), la boca del estómago, los omóplatos, la espalda o incluso hacia los lóbulos de las orejas.
  • Dificultades respiratorias. Como consecuencia de la presión que se siente sobre el pecho, la respiración se dificulta. En infartos muy extensos, la sensación de ahogo del infartado se vuelve muy intensa cuando el paciente se tumba.
  • Otros síntomas en mujeres, diabéticos y ancianos. En algunos pacientes, como las personas diabéticas, los pacientes más ancianos y algunas mujeres, es posible que la presión torácica no aparezca. En ellos, las manifestaciones del infarto pueden resultar más atípicas, pudiéndose producir malestar en la boca del estómago, por ejemplo.
  • Otros signos. La sudoración fría, un intenso malestar, náuseas, vómitos y un pulso cardíaco lento pueden acompañar a los otros síntomas ya descritos. Además, hay que tener en cuenta que aproximadamente una cuarta parte de los infartos de miocardio son silentes, es decir, aparecen sin dolor de pecho y sin otros síntomas.

¿El infarto presenta los mismos síntomas en el caso de las mujeres?

Aunque los síntomas anteriormente citados se dan en ambos sexos, el dolor torácico típico en las mujeres aparece con menor frecuencia y, en cambio, sí suelen ser más habituales otros signos como estos:

  • Malestar en la boca del estómago.
  • Presión en el pecho u dolor que irradia hacia la espalda.
  • Fatiga inusual, dificultad para respirar y sensación de falta de aire.
  • Sudor frío.
  • Naúseas, vómitos y estómago revuelto.
  • Aturdimiento o mareos.
  • Insomnio o debilidad en los días previos.

En este vídeo te contamos cuáles son los principales síntomas del infarto comunes a hombres y a mujeres, y cuáles son más habituales entre la población femenina.


¿Cómo se diagnostica?

La detección precoz de un infarto mejora de forma decisiva el pronóstico. Para realizar el diagnóstico son necesarias algunas pruebas especializadas:

  • Electrocardiograma: imprescindible para diagnosticar el infarto agudo y su evolución. Es una prueba sencilla y rápida, que no produce ninguna molestia (es indoloro) y no tiene ningún riesgo para el paciente (no se envía ningún tipo de electricidad a través del cuerpo, solo detecta la actividad eléctrica que se general en el propio corazón).
  • Análisis de sangre para estudiar las concentraciones de algunas enzimas cardíacas. Una lesión en el corazón produce un característico aumento de algunas enzimas, lo que permite diagnosticar el infarto.
  • Las pruebas de imagen ayudan a completar el diagnóstico e incluyen:
    • Radiografía de tórax: descarta la existencia de otras enfermedades que puedan manifestarse con una sintomatología similar o realiza el seguimiento de posibles complicaciones tras sufrir un infarto, como es el caso de un edema pulmonar.
    • Ecocardiografía: permite elaborar una imagen del corazón y de su movimiento para poder detectar si hay alguna zona alterada tras la falta de aporte de oxígeno durante el infarto.
    • Prueba de esfuerzo-reposo: evalúa la irrigación sanguínea al corazón después de un período en reposo y tras llevar a cabo un esfuerzo.
    • Angiografía coronaria o cateterismo cardíaco: muestra las zonas de estrechamiento en las arterias coronarias. Se realiza introduciendo un catéter por una vena hasta llegar al corazón por el cual se inyecta un contraste que permite ver la circulación coronaria y el estrechamiento u obstrucción de las arterias.

¿Qué hacer en caso de sufrir un infarto?

Las prioridades a la hora de actuar si alguien a nuestro alrededor está sufriendo un infarto de miocardio son las siguientes:

  1. Pide ayuda. Ante los primeros síntomas, es vital contactar con los servicios de emergencias llamando inmediatamente al 112 y seguir sus indicaciones. Además, así podrán trasladar al paciente rápidamente al hospital, empezando a administrarle el tratamiento oportuno. Y en caso de que aparezca una arritmia maligna durante el traslado, los profesionales tendrán la posibilidad de tratarla.
  2. Mantén la calma, dentro de lo posible. El estrés y la ansiedad afectan al corazón, aumentando la frecuencia cardíaca y la tensión arterial.
  3.  Medicación, solo en algunos casos. Debemos seguir siempre las instrucciones de los profesionales con los que hayamos contactado a la hora de administrar medicación en un caso de infarto, pero La Guía de Primeros Auxilios de SAMUR-Protección civil recomienda que si el 112 no ha podido ser contactado y el paciente no tiene ninguna medicación para estas crisis, y siempre que esté consciente y no sea alérgico, se le puede administrar media aspirina®, disuelta o masticada.

¿Cómo se puede prevenir?

La mejor manera de evitar la aparición de un infarto es controlando los factores de riesgo sobre los que podemos actuar. Es decir, procurar mantener unos niveles de colesterol saludables, evitar la obesidad, dejar el tabaco si se es fumador, controlar la hipertensión arterial siguiendo las recomendaciones del médico y abandonar el sedentarismo. Estas son las mejores herramientas para luchar contra la enfermedad cardiovascular.

Diez consejos para un corazón sano

Un estilo de vida saludable, que incluya ejercicio frecuente y alimentación sana y equilibrada, puede ayudarnos a prevenir patologías relacionadas con la salud cardiaca.

  • 1. Sigue una alimentación equilibrada y variada.
    Las frutas, verduras, hortalizas, pescado, aceite de oliva, carnes magras, cereales y lácteos desnatados no deben faltar en tu mesa. Y recuerda que la sal, los azúcares y el alcohol es mejor tomarlos sólo en pocas cantidades.
  • 2. Controla tu peso.
    Calcula tu Índice de Masa Corporal (IMC), que se obtiene dividiendo tu peso en kilos entre tu altura en metros elevada al cuadrado. Si el resultado es mayor de 25 kg/m² se considera sobrepeso. Por encima de 30 kg/m² es obesidad.
  • 3. Vigila la grasa acumulada en el abdomen.
    Es peligrosa para el corazón. Mide tu perímetro abdominal a nivel del ombligo. En la mujer debe estar por debajo de 88 cm y en los hombres por debajo de 102 cm.
  • 4. Comprueba tu tensión arterial.
    Mide tu tensión para verificar que es igual o inferior a 135/80 mmHg. Si eres hipertenso, también debes mantenerte por debajo de estas cifras. Y en caso de que ya hayas sufrido un problema cardiovascular, cerebrovascular, renal o padezcas diabetes, tu tensión tiene que estar por debajo o ser igual a 115/75 mmHg. En estos últimos casos, los controles y medidas preventivas han de ser continuos. En general, los niveles de tensión óptima son iguales o inferiores a 120/75 mmHg.
  • 5. Revisa tus niveles de colesterol y glucosa.
    La mejor manera de mantenerlos a raya es seguir una dieta sana y hacer ejercicio. Si tras un análisis en ayunas, tus cifras están por encima de 200 mg/dL de colesterol total y 100 mg/dl de glucosa, debes consultar con un especialista. En caso de pacientes con antecedentes de enfermedad cardio-renal, el colesterol total debe de ser igual inferior a 190 mg/dl, y los niveles de glucosa iguales o inferiores a 70 mg/dl.
  • 6. Conoce tu riesgo cardiovascular.
    Acude al médico con un examen físico y tus antecedentes personales y familiares. Consúltale todo lo que quieras: qué dieta seguir, qué ejercicios hacer, qué factores pueden perjudicar tu salud… con el fin de conocer cuál debe ser tu estilo de vida. Actuar a tiempo es la clave para reducir los peligros.
  • 7. Evita el tabaco.
    Multiplica el riesgo de sufrir ataques cardiacos o cerebrales.
  • 8. Practica 30 minutos de ejercicio diario.
    Elige la actividad que más te divierta y que se adapte a tu condición física, ya sea caminar, bailar, correr, practicar golf, nadar, etc.
  • 9. Aprende a controlar el estrés y la ansiedad.
    El aumento de tensión emocional es peligroso para el corazón.
  • 10. Comparte tus dudas.
    Intercambiar experiencias te permite aprender. Recuerda también que tu familia puede ser un gran estímulo y apoyo para superar cualquier dificultad en el cumplimiento de los objetivos de salud.

Vídeo

Consejos para un corazón sano
¿Sabías que de los cinco factores de riesgo principales que pueden causar enfermedades cardiovasculares, solo el envejecimiento es inevitable? El resto pueden prevenirse, por lo que puedes cultivar hábitos de vida saludables para cuidar tu corazón.

Infográfico

El infarto no provoca los mismos síntomas a los hombres y a las mujeres. Conoce los signos que afectan a cada uno y qué hacer si los sufres.

Podcast

Autor

La Fundación Española del Corazón (FEC) es una institución privada, sin ánimo de lucro, de carácter nacional y promovida por la Sociedad Española de Cardiología. Su principal objetivo es la prevención de las enfermedades del corazón mediante la educación sanitaria de la población.

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.