Bajada de tensión

¿Por qué se produce una bajada de tensión?

La presión arterial es la fuerza que la sangre, impulsada por el corazón, ejerce sobre las paredes de los vasos sanguíneos. En ocasiones, esta tensión puede sufrir un descenso brusco, sin necesidad de que exista un problema de salud previo. Por otro lado, hay personas que tienen la tensión baja de manera habitual, lo que hace que algunas de ellas sean más propensas a padecer ciertos síntomas cuando se dan algunos factores desencadenantes, como explicaremos más adelante.

Cuando la tensión arterial baja, llega menos sangre al cerebro y, en consecuencia, menos oxígeno. En este momento, aparecen síntomas como visión borrosa, sensación de mareo, sudor brusco, debilidad repentina y confusión. También puede darse inestabilidad, pitidos o zumbidos en los oídos, palidez y náuseas. Este conjunto de signos y síntomas se denomina presíncope.

A continuación, puede llegar a producirse un síncope vasovagal, más conocido como desmayo, en el que la persona llega a perder la conciencia. Esto ocurre de manera más habitual en la juventud y cuando la persona se encuentra en reposo, normalmente de pie. Por su parte, la lipotimia, según algunos autores, es un cuadro de menor entidad que el desmayo, con una pérdida de conciencia más fugaz e incompleta.

En un principio, estos síncopes o desmayos son benignos y no constituyen motivo de preocupación. Su pronóstico es bueno y, como decíamos, no están necesariamente vinculados a ninguna enfermedad. Sin embargo, si ocurren con pérdida de conocimiento en personas jóvenes y tras la realización de esfuerzo, es conveniente consultar al médico, porque pueden subyacer circunstancias médicas patológicas en el origen de estos episodios.

Por el contrario, aunque con menos frecuencia, otros síncopes pueden deberse a pérdidas súbitas de sangre, infecciones, reacciones alérgicas intensas, problemas cardíacos, diabetes, deshidratación, golpes de calor, etc. y son situaciones que, en ocasiones, pueden requerir una atención inmediata por parte de un profesional sanitario.


El calor, uno de los principales desencadenantes

Existen muchos posibles desencadenantes de las bajadas de tensión puntuales. Uno de los más comunes es el calor. Por este motivo, las bajadas bruscas de tensión son más habituales en verano, aunque también pueden producirse durante el invierno, cuando se permanece en espacios cerrados con la calefacción alta o en los que haya mucha gente. Por ejemplo, no son raros los desmayos en el metro, un concierto, una discoteca… El riesgo aumenta si se ha consumido alcohol, fumado o permanecido mucho tiempo de pie.

Otro factor que puede desencadenar una bajada de tensión es haber comido demasiado, pues buena parte de la sangre se desplaza al intestino para digerir los alimentos. Además, en personas no diabéticas, si se ha tomado hidratos de carbono de absorción lenta -como pan blanco, pasta o arroz- o alcohol, puede producirse una bajada de azúcar o hipoglucemia. También es posible que suceda lo contrario, que no se haya comido lo suficiente, lo cual puede desembocar en un posible desmayo.

Así mismo, no haber ingerido suficientes líquidos puede desencadenar un bajón de tensión: dado que la sangre contiene mucha agua, la deshidratación puede provocar que el volumen del torrente sanguíneo disminuya. En este caso, se reduce flujo de sangre que llega al cerebro.

Otras razones que pueden provocar que la tensión baje de manera repentina son haber practicado ejercicio físico intenso, haber ingerido determinados medicamentos, sentimientos de estrés, angustia o miedo, tener la menstruación, sufrir un dolor importante, haberse realizado una extracción de sangre, tras golpes de tos o estornudos intensos o tras un esfuerzo importante al ir al baño (en la defecación o en la micción).


Cómo actuar ante los primeros síntomas

Sobre todo, cuando se sufre disposición a sufrir bajadas de tensión, es necesario aprender a identificar los signos y síntomas previos. Ello puede ayudarnos a reconocer la inminencia de un desmayo y, aunque quizás no logremos evitar la bajada de tensión, sí al menos una caída que pueda provocar fracturas o traumatismos. Para ello, deben seguirse los siguientes pasos:

Pautas de actuación ante los primeros síntomas de una bajada de tensión:

  • 1. Si la persona afectada está al sol, hay que intentar llevarla a una zona en la sombra. O, si se encuentra en un lugar caluroso o muy concurrido, conducirla o sacarla a donde pueda tomar aire fresco.
  • 2. Recostar de manera inmediata a la persona que sufre la bajada de tensión. También puede ser útil para restablecer la tensión que se siente cruzando las piernas, bajando la cabeza y cerrando los puños con fuerza. Si somos nosotros quienes sufrimos los síntomas, hemos de avisar a quienes estén alrededor.
  • 3. Ponerle los pies en alto, con un ángulo de cuarenta y cinco grados respecto el suelo. Debe permanecer en esta posición durante unos minutos, para que mejore el flujo sanguíneo y la oxigenación. Colocar algún apoyo bajo sus piernas puede facilitarlo.
  • 4. Ayudarle a que respire mejor. Para ello, debemos quitarle o aflojarle las prendas que puedan oprimirle el cuello o el pecho (corbata, pañuelo, camisa, bufanda…) y, si es posible, abanicarle. Es muy importante también evitar las aglomeraciones de gente alrededor.
  • 5. Siempre y cuando la persona afectada se mantenga consciente y en condiciones de ingerir, se le puede ofrecer agua, café, té o una bebida azucarada, lo que aumentará la concentración de glucosa en la sangre y le ayudará a recobrar la vitalidad.

Cómo actuar en caso de pérdida de consciencia (lipotimia):

En el caso de que el oxígeno y la glucosa no sean capaces de llegar al cerebro, puede producirse un desvanecimiento, también llamado lipotimia. En realidad, se trata de un mecanismo de defensa del organismo, ya que el desmayo lleva al cuerpo a situarse en una posición horizontal, lo que facilita el restablecimiento del flujo de sangre hasta el cerebro. En este caso, debemos seguir los siguientes pasos:

Pautas de actuación ante un desmayo:

  • 1. Mantener la calma. Es primordial no dejarse llevar por el pánico o los nervios.
  • 2. Comprobar que la persona respira y llevarla a un lugar seguro y tranquilo, aflojándole las prendas que puedan comprimirle el pecho o el cuello.
  • 3. Tumbarle y elevarle los pies por encima del nivel del corazón, con la cabeza lateralizada.
  • 4. Si vomita, colocarle en posición lateral de seguridad, para evitar que lo aspire y se atragante.
  • 5. No debe administrársele ningún líquido o alimento.
  • 6. Esperar a que se recupere completamente, y cuando lo haga, que se incorpore lentamente. Si no recupera la consciencia en pocos minutos habría que avisar a emergencias.
  • 7. Si no hay latido ni respiración, en primer lugar debemos llamar inmediatamente a los servicios de emergencias (112) y, a continuación, iniciar la práctica de la reanimación cardiopulmonar (RCP) Si hay más de una persona que ayuda, mientras una avisa al 112, la otra inicia la RCP.

10 Claves para prevenir las bajadas bruscas de tensión

Si tienes predisposición a sufrir lipotimias, puedes prevenirlas intentando evitar los distintos desencadenantes:

  • 1. No permanezcas mucho tiempo de pie. 
    En caso de que sea inevitable, puedes realizar contracciones musculares repetidas de miembros inferiores o abdomen. También puedes usar medias de compresión. Evita también levantarte del sillón o de la cama de forma rápida.
  • 2. Evita los lugares calurosos o concurridos. 
    Intenta también huir de las aglomeraciones.
  • 3. Come cinco o seis veces al día de manera moderada. 
    Así controlarás mejor las bajadas de glucosa. Intenta incluir en las comidas principales hidratos de carbono de absorción lenta como los cereales y harinas integrales
  • 4. Toma un poco de sal en las comidas. 
    A no ser que sufras hipertensión o tu médico te lo desaconseje por otras razones de salud.
  • 5. En épocas de calor, bebe líquido en abundancia. 
    Con el fin de evitar la deshidratación, uno de los motivos de una bajada de tensión. Los expertos recomiendan tomar entre dos litros y dos litros medio al día. Pueden ser recomendables las bebidas isotónicas que aportan sales minerales.
  • 6. Intenta evitar el alcohol.
    Este induce alteraciones en el ritmo cardíaco y la tensión arterial.
  • 7. Mejor, ropa holgada. 
    No uses prendas o complementos que aprieten y dificulten la circulación de la sangre.
  • 8. No practiques esfuerzos demasiado intensos. 
    Si has padecido lipotimias después de realizar deporte, intenta no llevar a cabo actividades de gran exigencia física. Si aun así debes realizarlas, no pares de manera brusca.
  • 9. Aprende a gestionar situaciones de estrés emocional. 
    Miedo, angustia, dolor intenso…etc.
  • 10. Consulta a tu médico. 
    Tras un primer episodio de bajada de tensión o si se repite con regularidad, es recomendable que tu médico investigue la causa con el fin evitar nuevos bajones o desmayos.

Fuentes

Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.