Presbicia

De la mano del Instituto de Microcirugía Ocular (IMO) analizamos qué es la presbicia, sus síntomas, causas, tratamiento y medidas para su prevención.

¿Qué es la presbicia?

La presbicia es un problema visual que consiste en una disminución de la capacidad de enfoque del ojo, lo que provoca una pérdida de nitidez en la visión de cerca. Esto sucede por la degeneración del cristalino, nuestra lente óptica natural, y origina lo que popularmente se conoce como “vista cansada”.


¿A quién afecta?

La presbicia suele manifestarse habitualmente a partir de los 40-45 años y es un problema que va al alza en la sociedad debido al envejecimiento paulatino de la población. De hecho, se estima que, a partir de los 45 años, afecta a 9 de cada 10 personas.


¿Cuáles son sus causas?

El envejecimiento del ojo causa la presbicia o vista cansada. En la juventud, el cristalino es flexible y modifica su forma en función de la distancia en la que se encuentran los objetos para poder enfocarlos. Pero, con el paso del tiempo, esta estructura ocular se vuelve más rígida y pierde su capacidad de acomodación, dificultando de esta manera la visión nítida de cerca (objetos que están a menos de un metro, aproximadamente).


¿Qué síntomas tiene la presbicia?

Este defecto refractivo está asociado a la dificultad para ver de cerca, lo que se nota en especial cuando se trata de leer, ya sea libros en papel o electrónicos, mails, tiques de la compra, prospectos de medicamentos, la hora en el reloj, conversaciones en el móvil…
Algunas de las señales más habituales de la presbicia son:

  • Dificultad para distinguir letras pequeñas: se ven borrosas o se mueven como si bailasen.
  • Dolor de cabeza: sobre todo cuando se fija la vista durante mucho tiempo en un libro o en la pantalla del ordenador.
  • Fatiga visual al terminar la jornada laboral o durante las últimas horas del día.

Es un falso mito creer que el avance de estos síntomas se puede frenar retrasando el momento de empezar a utilizar gafas. El uso de gafas no altera el proceso natural de envejecimiento del cristalino y, sin la corrección adecuada, lo único que conseguimos es tener un menor confort visual y dificultades para realizar muchas tareas cotidianas.


¿Cuál es su tratamiento?

Hay diferentes métodos para tratar la presbicia:

  • Corrección óptica con gafas o lentillas: consta de diferentes tipos de lentes en función de la graduación y las necesidades visuales de cada paciente. Estas lentes se clasifican en:
    -Monofocales: para la visión de cerca.
    -Bifocales: para la visión de lejos y de cerca.
    -Progresivas: para la visión lejana, intermedia y cercana.
    -Ocupacionales: para la visión a distancias medias y próximas. En los últimos años, han ganado popularidad y están indicadas para personas que pasan mucho tiempo delante del ordenador.
  • Intervención quirúrgica: gracias a los avances en cirugía refractiva, es posible compensar la vista cansada con gran eficacia y seguridad mediante diferentes técnicas, como la implantación de lentes. Estas pueden ser:
    -Intraoculares de tipo pseudofáquico: las lentes monofocales o multifocales se colocan en sustitución del cristalino “envejecido”, al igual que en la cirugía de catarata.
    -Intracorneales: se trata de una opción reversible en la que no se altera el cristalino, ya que actúa sobre la córnea, modificando su curvatura y alterando así la profundidad de foco del ojo.
    -Además de las lentes, también se puede optar por las técnicas láser que inciden en la forma (asfericidad) corneal y, de este modo, contrarrestan la pérdida de elasticidad del cristalino.

¿Cuándo debe operarse la presbicia?

Hay que tener en cuenta que la presbicia es un proceso que, generalmente, progresa hasta estabilizarse alrededor de los 60-65 años. Sin embargo, la decisión de operarla depende de cada paciente, informado y asesorado por el oftalmólogo para evaluar el mejor tratamiento según sus necesidades visuales y las características de su ojo.
Hasta el 80% del éxito de la cirugía refractiva depende de un buen diagnóstico y una correcta indicación, por lo que es muy importante realizar un estudio personalizado de cada caso, considerando factores como la edad, la profesión, las preferencias personales u otros defectos refractivos asociados, que pueden marcar el camino a seguir.


¿Se puede prevenir la presbicia?

La presbicia no se puede prevenir porque es un proceso natural que está asociado al envejecimiento del organismo.

Dado que más tarde o temprano todos padecemos este defecto refractivo, es importante revisar periódicamente la visión, sobre todo a partir de los 40 años, etapa en la que pueden empezar a aparecer los síntomas habituales de la vista cansada, además de iniciarse algunas enfermedades oculares relacionadas con la edad.

5 Consejos para cuidar la vista cansada

  • 1. Mantente alerta ante la aparición de cualquier síntoma.
    Las dificultades para ver imágenes próximas o para leer, así como el cansancio visual o los dolores de cabeza tras realizar tareas prolongadas de visión cercana, pueden ser síntomas de tener presbicia. Si notas alguno de estos problemas, acude a tu oftalmólogo.
  • 2. Adopta buenos hábitos de lectura.
    Algunos hábitos personales o profesionales pueden agravar los síntomas de la vista cansada. Si pasas muchas horas delante de la pantalla del ordenador, recuerda que tus ojos están realizando un “sobreesfuerzo” para ver continuadamente de cerca y no es extraño que acuses más la fatiga ocular. Para minimizarlo, realiza descansos visuales cada 20 minutos, fíjate en aspectos como el brillo, la posición de la pantalla y la distancia de lectura y mantén una buena lubricación de la superficie ocular.
  • 3. Utiliza la corrección óptica adecuada.
    Llevar la graduación indicada por tu oftalmólogo en gafas o lentillas es importante para disfrutar de la mayor comodidad y calidad de visión. Ten en cuenta que la presbicia va evolucionando y es habitual que se produzcan cambios, por lo que tendrás que adaptar los cristales o lentes cada cierto tiempo. Al contrario de lo que algunas personas creen, utilizar menos corrección de la necesaria no ayuda a frenar la progresión de este defecto refractivo y, por tanto, es un hábito que conviene evitar.
  • 4. No te olvides de los controles periódicos.
    Sobre todo a partir de los 40 años, ya que es cuando, generalmente, se activa el proceso degenerativo del ojo. Como consecuencia, puedes empezar a padecer presbicia, así como otras patologías oculares asociadas a la edad.
  • 5. Si deseas operarte, infórmate de las opciones.
    El especialista en cirugía refractiva realizará un estudio personalizado y te aconsejará sobre la técnica idónea en función de tu caso particular. Por ejemplo, dentro de la implantación de lentes intraoculares, puede recomendarte las de tipo multifocal, pero también existen otras opciones eficaces para lograr reducir la dependencia de las gafas a diferentes distancias.

Fuentes

  • Instituto de Microcirugía Ocular (IMO). Artículo elaborado por el Departamento de Córnea, Catarata y Cirugía Refractiva de IMO, formado por los doctores Miriam Barbany, Daniel Elies, Óscar Gris, Mercè Morral e Isabel Nieto, con la coordinación del Dr. José Luis Güell.

Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.