Lentillas

A través de Arnaldo Belzunce Manterola, Doctor en Medicina y Cirugía, y especialista en Oftalmología, nos acercamos a las lentes de contacto y te detallamos todo lo que necesitas saber sobre ellas.

¿Qué son las lentes de contacto?

Las lentes de contacto son un método de corrección de los errores refractivos del ojo que sigue de actualidad pese al desarrollo de la cirugía refractiva.

Los nuevos materiales, que aumentan la comodidad y la calidad visual, y los nuevos diseños, que permiten la corrección de la presbicia y de los astigmatismos irregulares, hacen de este sistema uno de los más usados por la mayoría de la población para corregir la miopía o el astigmatismo, entre otros.


¿Cuáles son sus características?

La característica de tipo óptico más importante de las lentes de contacto es la transparencia. Además, un alto índice de refracción va a permitir que la lentilla sea más fina y, por lo tanto, más cómoda. El material puede variar, además, en otros factores como la humectabilidad, el contenido en agua de la lentilla y la permeabilidad al oxígeno.


¿Qué tipos de lentillas hay?

Las lentes de contacto pueden clasificarse de diversos modos en función de:

  • Su material: pueden ser lentillas blandas o rígidas permeables al gas.

-Las lentillas blandas o de hidrogel están fabricadas de diferentes polímeros con distinto contenido en agua. Los nuevos hidrogeles de silicona permiten el uso continuado porque transmiten muy bien el oxígeno.

-Las lentillas rígidas o permeables al gas utilizan fluorocarbonos o polímeros de flúor con metacrilato y silicona (fluorsilicoacrilato). Son más lentas de adaptación, pero tienen mayor calidad óptica, son más duraderas y fáciles de mantener.

  • Su utilización: existen las diarias, las mensuales o las de uso continuado.
  • Su duración: pueden ser desechables (en el día o al mes) o permanentes.
  • Su apariencia: las hay cosméticas para resaltar o cambiar el color del iris, y pueden servir para:

-La corrección de todos los errores refractivos de ojo (ya pueden corregir el astigmatismo, la miopía, la hipermetropía e incluso la presbicia con los diseños multifocales).

-Una finalidad terapéutica en el caso de erosiones corneales, queratitis, defectos epiteliales persistentes u otras queratopatías.

-Reducir la progresión de la miopía, lo que se conoce como ortoqueratología. En este caso, se utilizan unas lentillas que aprietan el centro de la córnea durante la noche con el fin de reducir la progresión de la miopía o corregir la miopía. Es un método útil a la hora de corregir la miopía de 1-1,50 dioptrías, pero no está establecido cuánto tiempo utilizarlo. Respecto a su capacidad de detener la progresión de la miopía, se ha demostrado una disminución de un 33- 51%.


¿Cómo elegir el tipo de lentilla?

La prescripción de una u otra lentilla depende de factores personales como el tipo de uso que le vaya a dar la persona, o de factores oculares como la calidad de lágrima, la frecuencia de parpadeo, el tamaño de la hendidura entre los párpados o la existencia de una patología preexistente.

En general, a los pacientes con buena lágrima se les prescribe lentillas con alta hidratación y a los pacientes que tienen ojo seco, lentillas de baja hidratación, como los hidrogeles de silicona. Si la persona presenta blefaritis –inflamación de los párpados- con tendencia a depósitos, existen hidrogeles con menor adherencia a ellos. El profesional de la visión prescribirá la lentilla más adecuada a cada caso.


¿Cuáles pueden ser sus complicaciones?

La frecuencia del desarrollo de complicaciones en el uso de lentes de contacto es baja, pero teniendo en cuenta los millones de personas que las utilizan en el mundo, sí que afectan a un número importante de usuarios.

Las complicaciones aumentan cuando las lentillas se utilizan de modo permanente, en el caso de patologías previas o cuando se duerme con ellas, como en la ortoqueratología. Podemos distinguir las siguientes:

  • Queratitis infecciosa: es la complicación más grave. Causa dolor, fotofobia, lagrimeo que no cede, e incluso aumenta cuando se retira la lentilla. Se produce un absceso blanquecino en la córnea por la invasión de un germen (bacteria, virus, protozoo..) que puede causar una pérdida visual permanente si no se trata pronto. El tratamiento exige asistencia especializada urgente y suele ser ambulatorio pero con toma de muestras para análisis microbiológico y un seguimiento estrecho por parte del especialista.
  • Conjuntivitis papilar gigante: es más frecuente pero menos grave. Se trata de una reacción alérgica a los depósitos de proteínas o lípidos que se depositan en las lentillas. Es más habitual si la lente de contacto es grande, la limpieza no es correcta o cuando el uso es continuado. Se caracteriza por un ojo rojo no doloroso, con escozor y secreción mucosa blanquecina que empeora al quitarse la lente de contacto. Si no se tratan sus causas (cambio de material, limpieza enzimática de la lentilla, mala adaptación, alergia previa o intolerancia al líquido de mantenimiento) puede acabar en una intolerancia definitiva a las lentes de contacto. Lo mejor en estos casos es descansar un tiempo de la lentilla, prescribir un tratamiento antialérgico en colirio y cambiar el material y el líquido de mantenimiento según las indicaciones del  profesional de la visión.
  • Deformidad corneal: una complicación leve pero que tiene gran importancia antes de la cirugía refractiva corneal. Resulta más frecuente con las lentillas rígidas o permeables al gas, y consiste en un cambio de la forma de la córnea que se manifiesta con una mala visión con gafas y buena visión con lentillas. Como es transitorio y variable puede causar una inestabilidad en la graduación óptica. Por ese motivo, es recomendable retirar las lentillas antes de una graduación óptica o si se va a solicitar información sobre cirugía refractiva.

Consejos para cuidar tus lentillas

  • 1. Aprende con un experto.
    Acude a un especialista para una buena adaptación inicial a tus lentillas. Él te recomendará el mejor material, diseño, uso y líquido de mantenimiento según tu ojo y tus necesidades.
  • 2. Lávate las manos antes y después.
    Hazlo con agua jabonosa y siempre antes de colocarte o retirarte las lentillas.
  • 3. Limpia bien las lentillas.
    Utiliza la solución de mantenimiento que te recomiende tu profesional de la visión. Los sistemas basados en peróxido de hidrógeno son mejor tolerados en ojos sensibles, porque se desactivan antes de llegar a la superficie ocular transformándose en agua y oxígeno, pero necesitan la pastilla de inactivación previa (por lo que se llaman soluciones de dos pasos) y puede haber irritaciones si se olvida el segundo paso de meter la pastilla en la solución.
  • 4. Recurre a las lágrimas artificiales.
    Utiliza lágrimas artificiales sin conservantes cuando lleves tus lentillas puestas. Aliviarán pequeñas irritaciones y mejorarán la estabilidad de la película lagrimal.
  • 5. No duermas con ellas.
    Salvo indicación expresa del especialista, el uso continuado de las lentillas por la noche exige una revisión mensual y solo está permitido con algunos materiales que tienen alta permeabilidad al oxígeno.
  • 6. Descansa de las lentillas.
    Siempre que te sea posible, no las utilices más de 8 horas. Este gesto aumentará la vida de tus lentillas.
  • 7. Evita bañarte con ellas.
    En caso de hacerlo, utiliza gafas de agua y lentillas de uso diario (que debes desechar al final del día, con lo que reducirás el riesgo de infección). La prohibición de bañarte con lentillas es total en el caso de aguas dulces en ríos o lagos por el mayor riesgo de infección en estos casos.
  • 8. Si notas molestias, fuera.
    Quítate las lentes de contacto si notas dolor en los ojos o visión borrosa.
  • 9. O mejor, acude a tu oftalmólogo.
    Si después de quitártelas, persiste el dolor o la visión borrosa con tu lentilla, ve a tu especialista de la visión para comentarle tu caso.
  • 10. Consulta siempre a un profesional.
    Deja en manos de un profesional de la visión (óptico u oftalmólogo) la adaptación de tus lentillas. No olvides que los ojos son para toda la vida y que los tuyos son distintos a los de tu pareja, amigos o familiares, por lo que los tipos de lentilla o las medidas que ellos siguen no tienen por qué valer para ti.

Autor

Arnaldo Belzunce Manterola es Doctor en Medicina y Cirugía, y especialista en Oftalmología.

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.