Estreñimiento

¿Qué es el estreñimiento?

El estreñimiento no es una enfermedad, sino un síntoma o problema que afecta a entre un 12% y un 20% de los españoles, según datos de la Fundación Española del Aparato Digestivo.

La forma en la que se manifiestan los problemas varía dependiendo de los casos: en algunas personas se concreta en la poca frecuencia de las deposiciones (menos de tres veces por semana); también puede tratarse de una sensación de evacuación incompleta; de que se produzca la expulsión de heces duras en más del 25% de las ocasiones; o incluso, de molestias como distensiones abdominales, dolor al defecar o meteorismo (abultamiento del vientre por gases acumulados en el tubo digestivo).


¿Qué tipos de estreñimiento existen?

Se distinguen dos tipos de estreñimiento:

  • Pasajero: aparece de manera temporal como consecuencia de cambios de dieta o de hábitos, viajes, sedentarismo, consumo de fármacos… y una vez eliminada su causa, desaparece.
  • Crónico o habitual: puede derivar en la aparición de hemorroides, fisura anal o incluso de fecalomas (masa seca de heces extremadamente duras), entre otras patologías.

¿Por qué se produce?

En la mayoría de los casos, el estreñimiento es consecuencia de la ausencia de ejercicio, factores psicológicos y malos hábitos dietéticos, fundamentalmente por una alimentación pobre en frutas, verduras o fibras vegetales y por ingerir pocos o insuficientes líquidos. Así mismo, también pueden influir la inmovilidad por un accidente u operación, los viajes y cambios de hábitos, la ingestión de algunos fármacos (como los antiácidos, opiáceos, diuréticos, antidepresivos…) y, en las mujeres, la gestación y el parto.

Tampoco hay que olvidar que eludir las ganas de ir al servicio puede resultar perjudicial, dado que si nos reprimimos habitualmente, nuestro cuerpo dejará de avisarnos.

Por último, en el 10% de los casos, el estreñimiento puede ser también un efecto secundario de enfermedades endocrinas o metabólicas (fundamentalmente relacionadas con la función tiroidea, al producir ésta trastornos en los movimientos peristálticos del intestino); neurológicas (al provocar la debilidad de los músculos de la pared intestinal) o de enfermedades en el tubo digestivo (como las obstrucciones por tumores o inflamaciones).


¿En quién se manifiesta fundamentalmente el estreñimiento?

Los casos de estreñimiento son dos veces más frecuentes en mujeres que en hombres, y esta diferencia se incrementa con la edad, sobre todo a partir de los 65 años. Esto se debe a que, con el tiempo, el intestino se vuelve “perezoso” y empieza a no realizar correctamente sus funciones. Así, entre los ancianos aumenta el número de afectados.

10 consejos para mejorar el tránsito intestinal

Modificando tus hábitos cotidianos e incorporando unas pautas de alimentación y vida saludable, lograrás que tu tránsito intestinal se agilice y te sentirás mejor.

  • 1. Aumenta el consumo de fibra.
    La fibra favorece el tránsito intestinal y redunda en una mejor regulación a largo plazo. Te recomendamos tomar entre 20 y 35 gramos de fibra al día, y puedes encontrarla en el brócoli, la col, las espinacas, la coliflor, los tomates, la lechuga, la fruta, los frutos secos, las harinas integrales y el salvado de trigo.
  • 2. Elige bien las verduras y legumbres.
    Presta atención a cómo te sientan las legumbres y hortalizas más flatulentas como alcachofas, brócoli o coliflor. Si notas que te provocan digestiones pesadas o aires, sustitúyelas por otras.
  • 3. La fruta, con piel.
    Siempre que puedas, toma la fruta con piel, o si no, frutas secas. Así mismo, no retires la pulpa de los zumos naturales.
  • 4. Sí al aceite de oliva.
    Utilízalo para cocinar y aliñar. Si bien en situaciones de estreñimiento no se recomienda limitar el consumo de aceites y grasas, sí es importante adecuarlo.
  • 5. Productos ‘prohibidos’.
    Elimina de tu dieta las grasas animales y los platos procesados y embutidos.
  • 6. Evita el exceso de dulces.
    Los azúcares y caramelos endurecen las heces, dificultando su eliminación. Los quesos curados y el arroz tienen un efecto similar, por lo que es conveniente que moderes su consumo.
  • 7. Bebe más líquidos.
    Agua, infusiones, caldos de verduras… Entre un litro y medio o dos al día. Una correcta hidratación es básica para favorecer las digestiones y la evacuación.
  • 8. Realiza ejercicio físico.
    Cada día, intenta practicar alguna actividad física, dentro de tus posibilidades, para agilizar el tránsito intestinal. En ocasiones se recomienda realizar ejercicios específicos para fortalecer la musculatura abdominal.
  • 9. Establece unas rutinas regulares.
    Contar con unos horarios más o menos fijos que te permitan ir al servicio sin prisas es muy importante, así como evitar reprimir de forma continuada las ganas de ir. En el caso de los niños, este factor cobra especial relevancia, ya que creando una pauta de conducta ordenada desde la infancia se favorece su aprendizaje para el futuro. Lo mejor es que te tomes un tiempo y, si lo necesitas, intenta una postura que te facilite las cosas, como por ejemplo, colocarte en cuclillas.
  • 10. Cuidado con la automedicación.
    Antes de recurrir a fármacos, consulta siempre con el farmacéutico o el médico de cabecera, que evaluará tus necesidades concretas y te recomendará el tratamiento más adecuado, normalmente basado en los laxantes. Los laxantes son una solución complementaria en casos en los que la alimentación y los hábitos saludables por sí solos no dan el resultado esperado. Se trata de medicamentos que, mediante distintos mecanismos de acción, favorecen la correcta evacuación de las heces. Como tratamiento complementario, los prebióticos ayudan a mejorar la flora intestinal y por tanto, el tránsito intestinal.

Fuentes

Federación Española del Aparato Digestivo (FEAD).

Departamento Médico de Laboratorios Cinfa.

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.