Hombro doloroso

¿Cómo es el hombro?

El hombro es la articulación con mayor movilidad del cuerpo humano. Su estructura está compuesta por varias articulaciones, además de por un importante número de músculos y tendones.

Además, está integrada por tres huesos distintos: el hueso del brazo (húmero), el hueso ancho y casi plano del hombro (omóplato o escápula) y el hueso del cuello (clavícula).

El brazo se mantiene en la cavidad articular del hombro gracias al manguito de los rotadores, un conjunto de músculos y tendones que forman una cubierta alrededor de la cabeza del hueso de su brazo y los adhieren al omóplato.


¿Qué es el hombro doloroso?

Es un dolor que aparece en la articulación del hombro a su alrededor cuando se realizan movimientos como levantar el brazo por encima de la cabeza o extenderlo hacia delante o hacia atrás. Se trata de uno de los motivos de consulta médica más frecuente en medicina de familia y, según la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid, constituye entre el 20% y el 30 % de los motivos de consulta en Traumatología.

La función del hombro es llevar la mano a adoptar la posición deseada. Cualquier hinchazón, daño o cambios óseos alrededor del manguito de los rotadores, un grupo de cuatro tendones que forman parte de las articulaciones del hombro y  que dotan a este de su amplio rango de movimientos, puede provocar dolor.

En general, este problema limita poco la movilidad, aunque puede llegar a impedir realizar algunos movimientos.


¿Quién padece hombro doloroso?

Cualquier persona de cualquier edad puede sufrir este problema, aunque de acuerdo a la Sociedad Española de Reumatología (SER), es más frecuente en personas de edad avanzada o que realizan trabajos pesados. Llega a afectar al 25% de la población en algún momento de la vida.

También, según la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), las diversas formas de hombro doloroso pueden ser más frecuentes en varones, dada su mayor actividad física, y suelen aparecer entre los 30 y 50 años, a partir del desarrollo de fenómenos degenerativos articulares.


¿Qué lo causa?

El dolor en el hombro puede estar provocado por causas muy diversas, que no siempre se conocen bien. Podemos dividirlas en:

  • Intrínsecas. El dolor se debe a lesiones propias de la articulación, de los músculos o de los tendones y de los ligamentos que la componen. Una de las más comunes es la tendinitis del manguito de los rotadores, en que los tendones de esta estructura muscular quedan atrapados bajo el área ósea del hombro y se inflaman.
  • Extrínsecas. El dolor es producido por lesiones más distantes a la articulación. Por ejemplo, artrosis cervical, lesiones de los nervios o dolor referido de otros órganos.

¿Cuáles son sus síntomas?

En el hombro doloroso, el dolor suele surgir con los movimientos del hombro y, aunque suele limitar poco la movilidad, a veces impide realizar algunos movimientos. Solo en casos muy concretos se presenta una pérdida casi completa de la movilidad.

En general, el dolor suele ser más intenso por la noche y mejora después de moverlo con suavidad. Puede llegar a ser también agudo y afectar a la zona cervical, el antebrazo y la mano.


¿Cómo se diagnostica el hombro doloroso?

El diagnóstico parte de una exploración física que permite valorar el estado del hombro y su movilidad. En ocasiones, también pueden ser necesarias pruebas complementarias como radiografías o ecografías.


¿Cómo se trata?

El objetivo del tratamiento es aliviar el dolor y ayudar a restablecer el funcionamiento normal y la movilidad del hombro. Para ello, en primer lugar, se debe mantener la articulación en reposo, sin realizar esfuerzos, aunque no se debe inmovilizar con vendajes o escayolas.

A continuación, se recomienda un tratamiento basado en:

  • Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos. Fármacos como el ibuprofeno o el naproxeno reducen el dolor y la inflamación.
  • Inyección de anestésicos y corticoides en el hombro. Una inyección de un anestésico local y cortisona puede aliviar el dolor y producir una rápida mejoría de los síntomas, lo que a su vez facilita la realización de los ejercicios de rehabilitación.
  • Rehabilitación. Los ejercicios pueden comenzar a realizarse cuando el dolor es menos intenso, normalmente bajo la guía y supervisión de un fisioterapeuta. Su objetivo es mejorar la movilidad del hombro y deben realizarse de manera asidua y progresiva, sin provocar dolor. Por ejemplo, son muy útiles los ejercicios de estiramiento para mejorar el rango de movimiento.

Solo cuando el tratamiento anterior no ha sido eficaz, es necesario recurrir a la cirugía, que puede realizarse mediante técnica artroscópica o abierta. A la cirugía, debe seguir un programa rehabilitador que permita recuperar el rango de movimiento del hombro y la fortaleza del brazo.

10 consejos para mejorar el hombro doloroso

Durante el proceso de recuperación del hombro doloroso es crucial prevenir nuevos episodios. En general, se deben evitar los factores que agravan el dolor:

  • 1. Haz reposo hasta que el dolor se atenúe.
    Sin llegar a inmovilizar el hombro, es muy importante que permitas recuperarse a la articulación reduciendo al mínimo el movimiento.
  • 2. Recurre al frío.
    En algunos casos, puede ayudar a aliviar la inflamación aplicar hielo en el área durante quince minutos tres o cuatro veces al día durante los primeros dos o tres días.
  • 3. Evita deportes que supongan un esfuerzo para el hombro.
    Los deportes de raqueta como el tenis, la natación o los deportes de lanzamiento pueden empeorar la  lesión y agravar el dolor, por lo que es necesario renunciar a ellos hasta que este desaparezca.
  • 4. De noche y de día, cuida tus posturas.
    Evita dormir sobre el hombro o con el brazo por encima de la cabeza, así como los movimientos repetidos del hombro con el codo alejado del cuerpo. Igualmente, presta atención para no forzar el hombro hacia atrás en lugar de desplazar el cuerpo entero. Tampoco cargues peso.
  • 5. Evita las actividades por encima del nivel de la cabeza.
    Peinarse, ponerse una camisa o quitarse la chaqueta pueden causar o agravar los síntomas, al igual que ocupaciones como  la carpintería, pintar o la conducción. En general, debes evitar cualquier actividad que implique trabajar largo rato con los brazos por encima de la cabeza.
  • 6. Fortalece tus hombros.
    Aprende ejercicios apropiados de estiramiento y fortalecimiento de los tendones del manguito de los rotadores y de los músculos del hombro. Un médico o fisioterapeuta te enseñará los más apropiados para ti.
  • 7. Pásate a las pesas.
    A medida que el dolor desaparece, puede ser muy beneficioso comenzar, siempre bajo la supervisión de tu médico o fisioterapeuta, un programa de levantamiento de pesas para la parte superior del cuerpo. Pueden usarse máquinas de pesas o pesas individuales.
  • 8. Cuida tu forma física.
    Además de mantenerte en forma, practicar ejercicios aeróbicos de manera habitual  te ayudará a mejorar el flujo de sangre a los tendones del hombro, lo que, además, contribuirá a disminuir el dolor, si este ya ha surgido.
  • 9. Deja el tabaco.
    Abandonar este hábito nocivo mejorará el flujo de oxígeno en tu organismo y, en concreto, el que llega al tendón lesionado. Ello contribuirá a que la lesión se cure antes y el dolor remita con mayor rapidez.
  • 10. Presta atención al dolor repentino en el hombro.
    Puede constituir en algunas ocasiones un signo de ataque cardíaco: debes llamar al 112 si sientes una presión o dolor aplastante y súbito en el hombro, sobre todo si se extiende desde el pecho, la mandíbula o el cuello o si se presenta acompañado de dificultad para respirar, mareo o sudoración.

Fuentes

*Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.