Mitos sobre el embarazo

A pesar de la mucha información que la mujer embarazada recibe sobre los cambios que está experimentando su cuerpo, así como sobre las pautas y las medidas de prevención que debe aplicar, siguen existiendo numerosos mitos acerca del embarazo en nuestra sociedad.

De manera general, se trata de creencias populares que se transmiten de una generación a otra y que, erróneas la mayoría de ellas, pueden confundir a la mujer embarazada y llevarla a comportamientos o precauciones contraproducentes o, como mínimo, innecesarios. Conviene, por tanto, despejar las dudas sobre estos mitos en torno al embarazo.


1. La embarazada debe comer por dos.

Pese a que en esta etapa es especialmente importante que la futura madre cuide lo que come, ya que influirá en su vitalidad, mitigará las molestias típicas y aportará al feto los nutrientes necesarios para su correcto desarrollo, el mito de que debe comer por dos induce a la mujer a llevar una nutrición inadecuada. Aunque es cierto que el aporte nutricional necesario durante el embarazo es más alto, ello no quiere decir que la madre deba ingerir cantidades mayores, sino que debe comer con mayor frecuencia, de forma equilibrada, una dieta variada y saludable que garantice una nutrición adecuada para ella y para el bebé, pero en cantidades menores por cada ingesta. De hecho, ingerir porciones demasiado grandes eleva el riesgo de desarrollar molestias gastrointestinales y, a la larga, comer en cantidad mayor a la necesaria puede ocasionar, por ejemplo, una ganancia de peso excesiva durante estos meses.

Según datos del VIII Estudio CinfaSalud “Percepción y hábitos de las mujeres españolas durante el embarazo”, 7 de cada 10 gestantes no se alimentan adecuadamente. 

Si quieres saber cómo debe ser la alimentación durante esta etapa, aquí tienes todas las pautas.

Nutrición en el embarazo.

Relaciones sexuales durante el embarazo.

2. El sexo puede provocar un aborto.

No es cierto que mantener relaciones sexuales pueda causar un aborto ni que la penetración o el orgasmo de la madre puedan perjudicar al feto. Tanto el cuello del útero como las diversas capas que rodean al bebé protegen a este de manera muy efectiva. Así pues, la mujer embarazada puede seguir teniendo relaciones durante toda la gestación con normalidad, a no ser que exista alguna contraindicación médica. Por otra parte, la actividad sexual podrá estar condicionada por la mayor incomodidad postural de la embarazada a medida que avanza la gestación.


3. La mujer embarazada no puede vacunarse.

Algunas vacunas sí pueden perjudicar la salud del feto, pero otras muchas son necesarias para aumentar la protección de la madre y su hijo frente a diversas enfermedades. Ante cualquier duda, el médico o la matrona informarán a los padres de las vacunas indicadas durante el embarazo. Por otro lado, en caso de tener un viaje que no pueda posponerse, la embarazada debe consultar con su médico o en el Centro de Vacunación Internacional la necesidad de vacunarse ante determinadas enfermedades y si dichas vacunas resultan aptas para su estado. En cualquier caso, es preferible evitar viajes a países no desarrollados, especialmente si se dan en ellos enfermedades endémicas o que requieren vacunación.

Vacunas en el embarazo.

Teñirse el pelo durante el embarazo.

4. El tinte de pelo puede ser malo para el bebé.

Se trata de otra máxima que hay que matizar y puede ser errónea, ya que los productos químicos que incluyen los tintes para teñir el cabello están controlados y no son tóxicos, sino que tendrían que darse concentraciones elevadísimas de algunos de sus componentes para que sí lo fueran. Además, los datos disponibles apuntan a que su uso durante el embarazo no perjudica al feto. No obstante, como medida de precaución es mejor no iniciarse con el tinte de pelo por primera vez estando embarazada o esperar a pasar el primer trimestre (semana 12) del embarazo para hacerlo si es una práctica habitual. En caso de cualquier duda, el profesional sanitario puede realizar la correspondiente consulta sobre el producto y caso concreto al Servicio de Información Telefónica sobre teratógenos español (SITTE).


5. No puedes ir a la piscina o al spa cuando estás embarazada. 

Es falso que bañarse en la piscina aumente el riesgo de infecciones vaginales o urinarias en la mujer, que está protegida por el tapón mucoso del cuello del útero y el pH vaginal. Por lo tanto, la futura madre puede ir a nadar o bañarse en la piscina cuando lo desee. Respecto al spa, se recomienda no pasar más de diez minutos en termas calientes y saunas, para evitar bajadas de tensión excesivas, pero su uso moderado sí está permitido siempre y cuando el nivel de higiene del establecimiento o de la piscina esté asegurado.

Bañarse durante el embarazo

Cuidado de las mascotas durante el embarazo.

6. Si me quedo embarazada, tengo que sacar de casa a mi gato.

No hace falta que la mujer embarazada y su familia se deshagan de su gato u otras mascotas, lo que podría suponer un trastorno en el hogar. Pero, dado que las heces de gato pueden contener el parásito causante de la toxoplasmosis, es importante conocer si la mujer está o no inmunizada contra esta infección. En caso de no estarlo, sí será necesario aumentar las medidas de higiene y siempre deberá lavarse las manos con agua y jabón después de estar en contacto con el animal.Además, la gestante no debe limpiar las jaulas o madrigueras de una mascota ni tocar sus excrementos; tampoco sus juguetes y pelaje, si están sucios. De hacerlo, debe utilizar guantes y extremar la higiene de las manos al finalizar.


7. Si la madre no satisface un antojo, el bebé tendrá una mancha en la piel.

Esta creencia también es errónea. Es cierto que algunas necesidades nutricionales y las alteraciones hormonales pueden llevar a la madre a desear comer determinados alimentos, al igual que a rechazar otros. Si son saludables, no hay ningún motivo para no satisfacerlos; si no lo son, es mejor que la madre busque alternativas, sin temer que por eso su hijo o hija vaya a tener ninguna marca de nacimiento.

Antojos en el embarazo.

Averiguar el sexo del bebé.

8. Se puede saber el sexo del bebé por la forma del abdomen o la presencia o ausencia de náuseas.

Es completamente falso que, como algunas personas piensan, un abdomen picudo –alto y prominente- indique que la mujer esté esperando un niño y uno más bajo y ancho, que esté esperando una niña. Esta predicción no tiene por qué cumplirse y, por supuesto, carece de base científica. También hay quien dice que un mayor nivel de náuseas al comienzo del embarazo predice el nacimiento de una niña. Sin embargo, si bien es cierto que los niveles hormonales varían en función del sexo del futuro bebé, la manifestación de este síntoma es indistinta en ambos casos.


9. Las embarazadas con ardor de estómago tienen bebés con mucho pelo.

No es extraño oír a alguien decir a una futura madre que el hecho de que sufra acidez o ardores es indicativo de que su futuro hijo o hija nacerá con mucho pelo. Sin embargo, no existe ninguna evidencia al respecto. Estos problemas digestivos están provocados por la presión del útero sobre el estómago y por el efecto de la hormona progesterona, que relaja el esfínter que existe entre estómago y esófago, permitiendo el ascenso de contenido gástrico (muy acido) al esófago

Ardor de estómago en el embarazo.

¿Es cierto que las comidas picantes pueden provocar el parto?

10. El sexo y las comidas picantes provocan el parto. 

En ocasiones, la impaciencia por conocer al bebé o el hecho de que el momento de dar a luz se retrase hacen que la madre esté deseosa de ayudar a que esa espera se acorte. En esos casos, hay quien dice que la actividad sexual y las comidas picantes sirven como acicate, pero tampoco existen indicios que avalen estas tesis.Además, si bien las relaciones sexuales no están contraindicadas, la ingesta de alimentos demasiado picantes puede provocar molestias digestivas innecesarias.

Vídeo

Te aclaramos los principales mitos sobre el embarazo en este vídeo.

Podcast

Fuentes

Esta información en ningún momento sustituye la consulta o diagnóstico de un profesional médico o farmacéutico.